De sus tres locales, el de la Calle Espíritu Santo es el más pequeño, y al igual que en el de San Marcos es mejor reservar antes de ir, porque siempre se llena. No pasa así en el de la Pza de la Luna que, aunque también se pone hasta arriba, ahí no reservan mesa. Aunque los tres bares se parecen (American 50s) cada uno tiene su toque diferente, me gusta mucho el primero de los tres, parece que estés metido dentro de un tren.

Hamburguesas (de carne ecológica) con queso philadelphia y nueces… Con brie y cebolla caramelizada… Con rúcula y queso de cabra… Y, por supuesto, las clásicas de beicon, lechuga, tomate y queso. A las que añadir: hamburguesas vegetales y hamburguesas de langostinos.



De entre los sándwiches, mi favorito es el Tandoori: pollo tandoori, lechuga, tomate, chutney de mango y salsa de menta, en un pan crujiente y calentito.
Todos los platos se acompañan de patatas fritas y ensalada de col, y salen por unos 12 € cada uno.

Lo cierto es que no he llegado a probar nunca los entrantes, porque con los platos te llenas, pero sí los postres (fuera de carta) Suelen tener tarta de queso con arándanos y brownie caseros.
Para terminar: buen ambiente, buena música –rock cincuentero–, y cómodos asientos de sky!
No es barato, pero merece la pena, y también puedes coger la comida para llevar.
1 comentario:
Ains... me pasaría la vida ahi metido...
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